Tanto la infección natural como las vacunas generan lo que se llama «memoria inmunológica», en la que intervienen otros tipos de células -células B de memoria productoras de anticuerpos, células T, células plasmáticas de larga duración…- que garantizan nuestra protección ante el Covid-19

Los niveles totales de anticuerpos parecen comenzar a disminuir a partir de las seis semanas posteriores a la vacunación completa y pueden reducirse en más del 50% en 10 semanas, según los nuevos datos del estudio Virus Watch llevado a cabo en el University College de Londres (Reino Unido).

Los hallazgos, publicados en «The Lancet», incluyen datos de más de 600 personas y muestran que los niveles de anticuerpos son sustancialmente más altos después de las dos dosis de la vacuna Pfizer que tras la pauta completa con la vacuna Astra Zeneca.

Asimismo, los datos indican que son mucho más elevados en aquellas personas que han pasado el Covid-19.

Los autores destacan que aunque las implicaciones clínicas de la disminución de los niveles de anticuerpos todavía no están claras, ya se esperaba cierta disminución, la investigación actual muestra que las vacunas siguen siendo efectivas contra la enfermedad grave.

Los datos no son nuevos, señala Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI). «Hay estudios que demuestran que los anticuerpos que generan con las vacunas empiezan a disminuir con el tiempo, pero también que perduran al menos 6 meses, y algunos trabajos hablan ya de 8 meses. Y ocurre igual con las personas que se han infectado con el coronavirus».

En el estudio de «The Lancet» se muestra que, en el caso de la vacuna de Pfizer, los niveles de anticuerpos se redujeron de una mediana de 7.506 U / ml a los 21 a 41 días a 3.320 U / ml a los 70 días o más, y de 1.201 U / mL a los 0-20 días a 190 U / mL (67-644) a los 70 días o más con la vacuna de Astra Zeneca.

«Los niveles de anticuerpos después de ambas dosis de la vacuna Astra Zeneca o Pfizer fueron inicialmente muy altos, lo que probablemente sea el motivo de que sean tan protectoras contra el Covid-19», señala Maddie Shrotri, de la UCL.

Sin embargo, añade, «hemos encontrado que estos niveles cayeron sustancialmente en el transcurso de dos o tres meses. Si continúan a este ritmo, nos preocupa que los efectos protectores de las vacunas también puedan comenzar a desaparecer, especialmente frente a las nuevas variantes; pero todavía no podemos predecir cuándo sucederá».

En este sentido, el investigador Rob Aldridge explica que cuando «pensamos en quién debe tener prioridad para las dosis de refuerzo, nuestros datos sugieren que aquellos que se vacunaron antes, particularmente con la vacuna Astra Zeneca, probablemente tengan ahora los niveles más bajos de anticuerpos».

Pero el Dr. López Hoyos, director científico del Instituto de Investigación IDIVAL, cree que se olvida que tanto la infección natural como las vacunas generan lo que se llama «memoria inmunológica», en la que intervienen otros tipos de células -células B de memoria productoras de anticuerpos, células T, células plasmáticas de larga duración…- que «garantizan nuestra protección ante el Covid-19».

Insiste el inmunólogo español en este mensaje. «Aunque los anticuerpos disminuyan, gracias la memoria inmunológica, cuando entremos en contacto con el virus, se van a activar y van a generar una respuesta».

Entonces, ¿hace falta una tercera dosis de refuerzo?

Los investigadores del UCL creen que su trabajo respalda las recomendaciones de que los adultos que son clínicamente vulnerables, los mayores de 70 años y todos las personas que viven en residencia de la tercera edad, deben tener prioridad para las dosis de refuerzo.

Además, añaden, es probable que las personas que fueron vacunadas con la vacuna Astra Zeneca, tengan niveles de anticuerpos mucho más bajos que los vacunados con la vacuna Pfizer, «por lo que esto también debe tenerse en cuenta a la hora de decidir a quién se debe priorizar con las dosis de refuerzo», advierte Aldridge.

No es de la misma opinión el López Hoyos. «A día de hoy no hay evidencias de que necesitamos dosis de refuerzo, salvo aquellos pacienetes en los que no se haya generado esa memoria. Puede que sea necesario, pero no tenemos las evidencias».

En este sentido, los autores del estudio señalan que sería importante realizar más investigaciones para establecer si existe un umbral de nivel de anticuerpos necesario para la protección contra enfermedades graves. Actualmente, comenta el presidente de la SEI «no sabemos a qué nivel de anticuerpos estamos protegidos».

«Sabemos que las vacunas son excelentes para prevenir enfermedades graves, pero no son perfectas, y nuestros datos sugieren que la protección disminuirá con el tiempo», asegura Andrew Hayward.

Añade Hayward: «Con las tasas de Covid-19 en rápido aumento y las predicciones de tasas muy altas durante las próximas semanas y meses, es importante que aquellos que son clínicamente vulnerables, cuyos niveles de anticuerpos ahora pueden haber disminuido, sigan tomando medidas de protección».

Concluye López Hoyos con un mensaje. «Desde la SEI insistimos siempre en un mensaje: no hay solo anticuerpos, también células B memoria, células T… Con las vacunas generamos una memoria inmunológica, que es la nos conferirá la protección cuando nos encontremos con el virus. Porque -advierte- con la gran cantidad de carga viral que hay actualmente el riesgo es permamente»

Fuente: ABC

Hay disponible un test para calibrar si hemos perdido Anticuerpos a los 2 ó 3 meses de vacunarnos frente al Covid, o para saber si semanas tras la segunda dosis, hemos logrado alcanzar el nivel adecuado de anticuerpos. Producto disponible en farmaferoles.com

Traducir »
0

Tu carrito